Te espero sentado
con los ojos tristes.
Te espero con resignación.
Te conocí y te marchaste,
ahora sólo espero.
sin sueños, sin expectativas,
sin ilusión.
Te espero callado,
en absoluto silencio.
Es raro lo que pasa:
sos todo y sos la nada,
un recuerdo que se borra
y una realidad que grita.
Como una flor que se marchita
o una luz que se exitingue.
Así te espero.
Pero espero,
eso es lo que importa.
Aunque el tiempo explote
y la rutina me corrompa.
No pido nada,
porque nada hay.
Me conformo con escucharte,
con sentir tu voz en mi.
Me conformo con esperar.
En verdad no se lo que espero,
pero lo sigo haciendo.
Con la presión
de un recuerdo resistiendo.
JONI AQUINO
lunes, 31 de agosto de 2009
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